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El COVID-19 daña a trabajadoras del hogar en México. Hay de dos: recorte a su salario, o el despido

22/03/2020 - 9:30 pm

La crisis por el COVID-19 comienza a golpear a los trabajadores en el mundo y México no es la excepción. Uno de los gremios más afectado es el de las trabajadoras del hogar, donde 99.2 por ciento no tiene contrato laboral. Sus únicas opciones ante esta pandemia son: ser despedidas o enviadas a descansar sin goce de sueldo.

Ciudad de México,  22 de marzo (SinEmbargo).- Los casos de COVID-19 (Coronavirus), se han incrementado en los últimos días en México. En algunos centros de trabajo y en las escuelas de todos los niveles, se inició una retirada hacia los hogares para disminuir el contacto y así, prevenir los contagios.

Hasta ahí todo bien; la experiencia de los otros países, como la crisis severa como Italia y España, señala que entre menos convivencia, mejor es la contención del virus. Pero México tiene sus particularidades y sobre todo en la economía. Durante años se ha hablado de la informalidad laboral y el peso en la economía mexicana, pero en los años recientes se hizo hincapié en las condiciones de un sector al que se le aplicó una informalidad obligatoria: las trabajadoras del hogar.

Hasta hace poco más de un año, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), declaró que era obligatorio que en los hogares, es decir, los empleadores, dieran seguro social a las trabajadoras del hogar. Fue el reconocimiento tardío de que son trabajadoras sujetas de derechos.

Trabajadoras del hogar coronavirus
Trabajadoras Del Hogar Podrían Resultar Afectadas En Esta Crisis Por El Coronavirus Foto Cuartoscuro

En la crisis del COVID-19, es necesario hablar de ellas, ya que tanto el Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar como la organización Parvada, alertan una ola de despidos suaves, en los que se les pida a las trabajadoras que se queden en sus casas por temor al contagio, pero sin goce de sueldo o también, al obligarles a seguir trabajando y exponerlas a un constante riesgo de contagio, no solo para ellas, que algunas son adultas mayores o diabéticas, sino también a sus familias.

En México, el 99.2 por ciento de las trabajadoras del hogar carece de un contrato laboral que las respalde, de acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), tiene contabilizadas a un total de 2.3 millones de personas que se dedican a esta labor; 9 de cada 10 son mujeres. Datos del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) indican que 4 de cada 5, es decir, un 81 por ciento del total de trabajadoras eligen ese trabajo por necesidades económicas y por factores asociados a la marginación y la pobreza.

Es por eso que en la crisis de salud que ya se empieza a sentir, ellas pueden ser uno de los sectores más afectados.

Esta semana, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó que el coronavirus eliminaría hasta 25 millones de empleos, así como generar pérdidas por hasta 3.4 billones de dólares en los bolsillos de los asalariados. Ante este panorama pidió a los gobiernos implementar medidas coordinadas paradisminuir el impacto del nuevo virus en la generación de empleos.

¿CÓMO ACTUAR?

En entrevista con SinEmbargo, Ana Farías Calderón, Directora de Parvada, Estrategias Comunitarias A.C., recomendó a los hogares y centros de trabajo primero plantearse si realmente ocupan de los servicios de su personal de limpieza en las próximas semanas.

En el caso de los centros de trabajo, si se podrá trabajar desde casa, no requieren los servicios normales de una trabajadora, por lo que se les pueden dar los días que sean necesarios con goce de sueldo, para que no vean mermada su capacidad de compra.

“Y si de plano no pueden decirle que se vaya a su casa a guardarse, al menos contraten seguro social para que ellas y sus familiares directos estén protegidos en caso de que alguien se enferme”, enfatizó.

Eso en cuanto a los centros de trabajo, pero en el hogar, la directora de Parvada, organización que brinda acompañamiento a trabajadoras del hogar al interior de la República, mencionó que hay también altos riesgos de contagio.

Puso como ejemplo las cifras en el municipio de Nuevo León, San Pedro Garza García, el más rico del país y de América Latina: “los focos de infección están ahí, no en Monterrey ni en San Nicolás ni en Guadalupe, entonces eso nos dice que probablemente son personas que tienen un ingreso suficiente para contratar a una trabajadora del hogar, puede ser que tengan a una contratada y entonces ellos se convierten en un foco de dispersión del virus con esta otra población que no tiene los ingresos para atenderse. Es importante que la gente que tiene capacidad económica corte todo contacto con el personal que trabaje en su casa: choferes, jardineros, niñeras, etcétera y que les paguen”.

Entre lo que se puede desatar en este contexto de Coronavirus, dijo, es que si las medidas se hacen más severas, pueden registrarse “despidos soft”, de “pues te vemos en un mes” pero sin pagar ese periodo porque las necesitarán después.

También puede ser factible reducir los días de trabajo, pero no el sueldo y garantizarles el acceso a la seguridad social porque “hay casos de trabajadoras que viven con familias ampliadas –papás, abuelos– entonces son la población más vulnerable. Entonces si tienen seguro social, sus dependientes directos también están cubiertos, lo que sirve mucho”, agregó Farías Calderón.

“También hay responsabilidad para los gobiernos estatales, municipales y el federal. Hay comedores municipales que pueden generar empleos de cocineras, lavalozas, para que den alimento gratuito o a muy bajo costo a la población que se va a quedar sin empleo, que solo pasen a recoger su comida y se van a sus casas para evitar las aglomeraciones. Esta semana se debería salir con algo más concreto a nivel federal y anunciar medidas para las trabajadoras del hogar y de todos los que están en el sector servicios y para los que trabajan en la informalidad”, añadió.

Por su parte, Marcelina Bautista Bautista, presidenta del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (Caceh) alertó en primera instancia sobre el riesgo que corren muchas de las trabajadoras que son adultas mayores y de las que padecen diabetes, que son de las poblaciones más vulnerables.

En segundo lugar, habló de los cuidados que se están generando en los hogares con la suspensión de clases, “el problema es que se clausuran las clases pero no están pidiendo que paren labores, eso implica que las señoras están necesitando a las trabajadoras para que cuiden a los niños y entonces hay mujeres que trabajan en distintas casas y viajan en el metro donde hay mucha gente, son riesgos para ellas y para las familias que trabajan; además hay trabajadoras que cuidan a personas enfermas”.

Mencionó que el riesgo para las que trabajan en varias casas es que se les paga por día y si ellas quieren descansar o tomar las precauciones, corren el riesgo de que no se les paguen esos días.

“Tienen la necesidad de ir a trabajar. Siempre están bajo esa circunstancia y miles no tienen seguridad social. Son personas que tienen bastante riesgo en este momento, no solo para ellas sino para todos. Las trabajadoras no tienen contrato de trabajo y hay un pánico en mucha gente, que en lugar de ver cómo prevenimos todo todos, les da miedo y despiden”, comentó.

A un año de la puesta en marcha del Plan Piloto para afiliar a trabajadoras del hogar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), solo 0.4 por ciento del total están ya dentro del sistema. De acuerdo con los datos oficiales, sólo 11 mil 947 trabajadoras se afiliaron, de un total de 2.4 millones que hay en territorio nacional.

El CACEH solicitó a los hogares que emplean a una mujer para el trabajo del hogar, acercar información sobre el Coronavirus en lenguaje claro y sencillo; mitigar los rumores; hablar de los síntomas para la prevención; no obligarlas a cuidar a personas con síntomas o afecciones respiratorias; socializar las medidas de higiene y darle la confianza para que exprese todas sus dudas.

“Nosotros pedimos que no se les despida porque es una obligación del empleador cuidar de su salud, de ellos y de la trabajadora y que se le pague el sueldo en cuanto venga una cuarentena o se decida que no quiere trabajar. La trabajadora también tiene que estar en su casa. La gente a la que se le manda al hogar no se va de vacaciones”, concluyó Marcelina Bautista.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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